TOOL, una experiencia inmersiva, alucinante y psicodélica en Guadalajara
El 18 de marzo del 2025 quedo grabado en la memoria de los tapatíos uno de los mejores conciertos que se han celebrado en la ciudad.
La Calle 2 en Zapopan Jalisco fue el escenario para recibir a una super banda de rock progresivo conocidos desde 1989 como TOOL.
El gran día inicio a las 6:30 de la tarde bajo la luminosidad del sol, con Seven Hours After Violet, agrupación liderada por Shavo Odadjian, bajista de System of a Down.
Esta propuesta de Odadijian, transita en los terrenos del nu metal y del metalcore, con sonidos que denotan una gran influencia de su banda mater.
La expectativa de disfrutarlos era alta, logrando ganarse el corazón de la audiencia por su poderosos sonidos y ser ovacionados a mitad de su actuación cuando el famoso bajista preguntó en español «¿Cómo están?», esto sumado al aprecio generado por haber compartido su tiempo el día previo en una firma de autógrafos en la ciudad de Guadalajara. Y tras 30 minutos de alegría, se despidieron para dar paso a otros grandes.
La icónica banda británica de The Cult, llegó al escenario frente a un publico que minuto a minuto crecía en numero.
Formada en 1983, con el sello inigualable de su vocalista Ian Astbury, su magia musical ha evolucionado desde el post punk y gothic rock, hasta el rock alternativo, heavy metal y algo de electro.
Para los asistentes, disfrutar a The Cult fue un extra imperdible previo al gran show de Tool. «The Witch», «Fire Woman», » She Sell Sanctuary», fueron algunos de los temas interpretados en el corto tiempo de su participación.
8:55 de la noche y el momento cumbre iniciaba, TOOL se apoderó del escenario.
Las pantallas se tornaron en rojo lava y figuras caleidoscópicas aparecían en ellas.
Sonidos poderosos y nítidos retumbaba en el pecho al ritmo de «Fear Inoculum», seguidas por «Jambi» y «Rosseta Stoned».
El vocalista Manyard cantando desde la parte trasera bajo los efectos de un altavoz, moviéndose con ritmos repetitivos como robot o asemejando algún reptil en un loop; maquillado con la cara blanca, los ojos con un negro profundo y el cabello en una mohicana en puntas recordando a los punks de los 80s.
Los momentos cumbres seguían sumando, la audiencia explotó con «Pneuma», todos cantaban mientras las pantallas continuaban con el viaje ácido, y eran emitidos rayos lasser en verde y en toda una gama de colores.
Siguieron con «Stinkfist» y «Descending» y otra de las favoritas «Schism» con las características criaturas de sus videos en las pantallas gigantes, para finalizar con «The Grudge» interrumpido por un descanso con la palabra intermedio en las pantallas, como debe ser en un concierto de rock progresivo.
10 minutos después el Danny Carey aparece en escena interpretando un solo de batería, proyectado en las pantallas una mirada desde sus ojos. El juego de loops y controles de sonidos electrónicos de antaño eran el fondo del lienzo audiovisual, que concluyó con su solo de batería de espaldas.
Para completar el orgasmo audiovisual, se escucharon los éxitos de «Invincible» y «Vicarius», ante la ovación de miles de asistentes que llenaron el recinto.