El Salto del Nogal en Tapalpa, la cascada más grande de Jalisco
Texto y fotos: Luis Munguia
Bajar a la cascada más grande de Jalisco con los grupos de cañón y Roca de CEMAC Guadalajara fue un reto más concluido, guiados por el coordinador de los escaladores de Roca Isaías Lucano y su cordada Xochitl Cuevas, con quienes estoy muy agradecido por habernos llevado a esta bella experiencia.
Todo comienza desde la salida de Guadalajara rumbo al pueblo de Tapalpa, antes del pueblo hay un lugar llamado la frontera, si vas de frente hacia Tapalpa en ese cruce de caminos hay que dar vuelta a la izquierda, donde hay un letrero que dice Salto del Nogal, a la derecha, desde ahí es terracería hasta el lugar que funciona como estacionamiento, antes libre, en esta ocasión hay una pareja que te cobra $50 por quedarte, limpiar y recoger la basura. Este lugar queda a 13 km al suroeste de Tapalpa.
Llegamos después de una caminata con el equipo a un lugar conocido como las Cueva de los Cristeros, en donde acampamos y cenamos carnita asada, al principio con una bella vista de las estrellas, aunque después se nubló, al otro día nos reunimos para seleccionar del grupo los que iban a descender a rapel y los que bajarían por el sendero, nos esperarían abajo y tomarían fotos. En el grupo de cañón fuimos 5 mujeres y 6 hombres, con 3 cuerdas de 80 mts, 40 mts y una que se suponía media 91 mts la cual nos dimos cuenta en el rapel más alto que es de 70 mts, no llegaba, y tuvimos que recalcular la estrategia del descenso, pero se frustró el plan de recorrer rápidamente y no atorarnos en el segundo rapel de 45 mts.
Estas dos bajadas dan como resultado los 105 mts de alto, desde la parte más alta tienes una vista espectacular de todo el cañón, y ves a las personas hasta abajo como hormiguitas, la majestuosidad y la imponente fuerza de la cascada nos contestaba la pregunta que siempre nos hacemos, ¿por qué no estoy descansando, acostado en mi cómoda cama? Y nos enseñaba lo maravilloso que es estar vivo y sentir la brisa de la cascada el aire de las alturas, la hermosura de los paisajes a los cuales no todas las personas pueden acceder por que se necesita equipo especial para estar ahí y aprender habilidades para llegar.
Cabe mencionar que las cabeceras de rapel se hicieron de manera diferente a lo que acostumbramos ya que el guía siendo escalador tiene técnicas diferentes, se unieron cuerdas bloqueando un lado, pero bajando en doble simultáneamente para hacer contrapeso y que la cuerda no corriera. Al final del primer descenso el reta George «Barto», limpio recorriendo el nudo bloqueador hasta pasar una grieta donde se podía atorar y no hubo ninguna complicación para recuperar la cuerda. Mientras todo el grupo tuvo que esperar en un amplio escalón a que se liberarán las cuerdas para poder seguir descendiendo.
Agradezco a los compañeros que apoyaron, a Octavio qué estuvo jalando junto conmigo, a Mary subiendo y bajando todo el sendero para junto con Florence bajar lámparas y equipo de ascenso; pero en especial a Bohorquez y «Barto» qué se la rajaron ascendiendo por las cuerdas para desatorarlas con lo que en ese momento traíamos haciendo prusics y pedales. Una excursión no solo hermosa, si no con mucho aprendizaje de varias fallas qué se cometieron, hay que asegurarse de las medidas de tus cuerdas, si tienes equipo de ascenso cargalo, en el auto no sirve para nada, así como las lámparas.
La excursión se puede realizar todo el año, pero recomiendo precaución entre los meses de junio a octubre por el tiempo de lluvias, puede haber crecidas y no es tan seguro.
Al final todo resultó bien, subimos por camino empinado y extenuante durante unos 50 mn hasta llegar al área de estacionamiento donde Isaías, César, Bella Aracely Mora, entre otros ya nos esperaba con quesadillas, pancita, carnita asada, chorizo qué llevamos entre varios de los participantes. Volvimos a cenar a la luz de las lámparas y emprendimos el regreso triunfal a casa llegando cerca de la media noche a Guadalajara.